domingo, 10 de mayo de 2009

A la deriva.

Zarpé una noche oscura, sumida en
plena tormenta de invierno rabioso.
A bordo de un bote de maderas viejas y crujientes.
Bajo una lluvia constante y envuelta en mil
remolinos.
Sobre el agua más turbia y agitada
que había navegado jamás.
Como un monstruo me devoraron las olas,
empapándome por completo,
casi sin dejarme respirar.
El grito del viento me ensordecía de tal manera,
que ya ni podía pensar.
Sin luz. Sin comida. Congelada. A la deriva.
Zarpé una noche oscura, decidida a llegar a la otra orilla.
Sin brújula. Sin poder ver las estrellas.
A la deriva.

**Y si viene un río gris, que separe el mundo en dos,
quisiera quedar del mismo lado que vos**

martes, 5 de mayo de 2009

Diez Mil Ilusiones.

Diez mil ilusiones se van entrelazando
día a día en tu cabeza.
Esperando el momento exacto para estallar.
Diez mil ilusiones se fabrican a diario en tu mente,
fortaleciéndose, profundizándose.
Invadiendo todo tu cuerpo como una epidemia.
Sumergiéndote a vos misma, en una pura fantasía.
Diez mil ilusiones te aportan cada día razones
para volverte a levantar. Para abrir los ojos una vez más.
Te brindan la energía justa para volver a sonreír,
para volver a empezar.
Para volver a creer; para que una vez más, puedas caer.
Diez mil ilusiones se van dibujando en lo más recóndido de tu mente.
Para encender tu motor y darte siempre algo de alegría.
Para contagiarte emoción.
Para que puedas... para que intentes.
Diez mil ilusiones cada día, a punto de explotar.

*Close Your Eyes And Jump**

domingo, 3 de mayo de 2009

A Ciegas.

A rienda suelta me imaginé llegando
a todos aquellos sitios donde jamás llegué con vos.
Al pico de la montaña más alta de este valle.
A las cavernas más oscuras de aquel desierto.
Y manipulando entre emociones,
nos encontramos con todas las soluciones,
que ni siquiera nos habíamos propuesto encontrar.
En pequeños frasquitos de mermelada,
guardé uno a uno los recuerdos.
Y en una que otra comida, instalé aquellos aromas...
que de tanto en tanto me visitan,
inundando de vos los rincones de mi casa.
Imaginé que era capaz de olvidar,
tal como vos lo habrás hecho.
E intentando rearmar cada color, cada canción,
para que nada tuviera algún extraño efecto secundario.
Corrí desesperada, llegando justo donde vos y yo, jamás supimos llegar juntos.
No juntos.
Corrí a ciegas hacia el vacío lleno de nuevas expectativas.
Hacia un nuevo horizonte, plagado de nuevas intenciones.
Donde aquellas noches son un lejano y polvoriento pasado.
Donde aquellas palabras, son sólo hojas amarillas marchitadas.
Donde aquellos aromas, ya no existen.