
Hoy no quiero hablarte de dolor, ni de todo lo que cuesta el día a día...
Hoy quiero brindarte un poco de lo que vos me diste alguna vez: ESPERANZA.
Hoy quiero recordarte que vale la pena.
Que todo es más lindo si lo recibís con una sonrisa.
Que todo es más ligero cuando pedís ayuda.
Que todo es más simple cuando no estás sola.
Y vos amiga de mi alma, no estás sola.
Hoy quiero recordarte infinitamente que podés llorar o reír, estar triste o feliz, pero lo que en verdad importa es que encuentres con quien compartirlo.
Que encuentres quien te consuele, quien te escuche, quien te valore.
Y hoy, como siempre, quiero recordarte que estoy con vos. Siempre.
Que podemos con todo y contra todos.
Que vida hay una sola, pero oportunidades hay de sobra.
Por eso cuando caigas, te doy toda mi fe.
Por eso cuando triunfes, comparto tu alegría.
Y cuando volvamos a intentar, tenés toda mi fuerza, toda mi convicción, toda mi Esperanza.
Te quiero demasiado. Todos los días. No doy ni un sólo paso sin vos.
Tenemos sueños a montones, para intentar siempre una vez más.
Juntas.