jueves, 29 de octubre de 2009

¿Sentiste alguna vez como si se te hubiesen escapado
muchas oportunidades?
Como si no tuvieses la suerte de tu lado.
Como si más de una vez hubieses equivocado el camino,
o el modo.
O como si simplemente no hubieses abierto bien los ojos.
Y las oportunidades se evaporaron en el aire,
como gotas de lluvia en el suelo.
¿Qué habría sido diferente, si tan sólo yo fuese diferente?
Si hubiese actuado de otra manera.
Si hubiese elegido otra carrera.
Si hubiese corrido otros riesgos.
Si me expresara pintando o bailando,
en vez de hacerlo escribiendo.
Si hubiese elegido otros brazos...
Si a lo largo de todos estos años,
yo hubiese aprendido a perdonar.
¿Qué habría de diferente en mí,
si no hubiese encontrado todos los pedazos de mí misma
que hoy tengo?
¿Qué habría sido diferente, si tan solo yo fuese diferente?
No lo sé.
Pero creo que mi alma, a través de distintas vidas,
de mendiga o de reina, siempre,
siempre te eligió a vos.
No tengo dudas de eso.


Acomodame el alma.

No hay comentarios: