viernes, 16 de mayo de 2008

Despues de Tanto...


Después de tanto andar uno cree que va llegando a algún lugar. Después de tanto dolor uno quisiera creer que los demonios se cansan de fastidiar.
Después de tanto luto, de tanta ignorancia, de tanta mentira.
Cualquiera creería que ha superado gran parte de los golpes.
Quisiera creer que le hemos dado más de una vuelta al mundo.
Y que le llevamos kilómetros de ventaja a esos recuerdos amargos que suelen asomarse de vez en cuando.
A esta altura del trayecto la gente aún se sorprende cuando les decimos que recién tenemos 22 años de edad.
Nos pasa a menudo, pero no deja de perturbarme.
Será por nuestra manera de expresarnos, tan metódica a veces.
Por nuestra facilidad para encontrar soluciones,
Ja! como si cargáramos con gran experiencia...
Será por nuestros silencios, por nuestras palabras.
Por cada pena que carga nuestras almas.
Lo notarán en la tenacidad de mis manos, en la pesadez de tus pies.
En esa obsoleta mueca, que solemos disfrazar como sonrisa.
Será porque en tantas ocasiones nos encuentran con la mirada perdida.
Porque aprendimos a valorar el día a día.
Pero la gente no sabe... ¿Cómo podrían?
¿Se notará tanto a través de nuestros ojos,
que el paso del tiempo arrasó con todo...?
Que hemos perdido tanto. Que hemos callado tanto.
Que nos hemos levantado, una y otra vez.
Cuando intento encontrar la respuesta adentro mío a cómo hice para enfrentar aquellos fantasmas, en seguida recuerdo tu voz.
Como cuando necesito una señal. Cuando necesito saber que todo va a estar bien.
Me acuerdo inmediatamente de que salvaste mi vida.
Que me tendiste tu mano en el instante justo.
Que me abriste un camino de regreso a este mundo.
Que calmaste mi angustia. Que espantaste a mi soledad.
Por eso amiga mía, después de tanta pelea.
De tanto llanto y desconsuelo. De tantas vueltas sin salida.
Si yo no me doy por vencida... vos no te des por vencida.

1 comentario:

Pontiac dijo...

Supongo que no fue suficiente... debemos seguir aguantando. Todo estará bien pero, por favor, no me sueltes la mano...